07/10/2019

KLM celebra hoy sus 100 años: oficialmente es la aerolínea más antigua del mundo

“Koninklijke Luchtvaart Maatschappij voor Nederland en Koloniën” es el nombre oficial con el cual un 7 de octubre se funda la línea aérea más antigua del mundo. KLM, como es conocida, celebra hoy su primer centenario en un hecho que escapa del ámbito de la propia línea aérea para trascender a toda la industria de la aviación. Al ser la línea aérea más antigua del mundo manteniendo el mismo nombre, KLM hoy marca el inicio de las grandes celebraciones de las líneas aéreas en un ambiente de continua transformación en cómo nos conectamos con el mundo.

Como en los primeros emprendimientos aeronáuticos, los inicios de KLM responden de una visión país que, tras el fin de la Primera Guerra Mundial, valora al transporte aéreo como elemento de desarrollo. En ese contexto, se entiende la designación real que otorga la Reina Wilhelmina a la línea aérea poco después de su apertura, la que también se mantiene sin cambios hasta el día de hoy: KLM Royal Dutch Airlines.

Prácticamente, un año toma a la promisoria compañía aérea iniciar sus vuelos. Después de su establecimiento en octubre 1919, es el 17 de mayo cuando la primera operación tiene lugar con un avión De Havilland DH-16 alquilado para operar desde Ámsterdam a Londres. Jerry Shaw, piloto al mando, dos periodistas para registrar el suceso, componen la población a bordo. A ellos, se suma una carga de diarios y una carta al alcalde de la capital del Reino Unido.

Los primeros años no estuvieron ajenos a los desafíos. En los albores del transporte aéreo, la temporada invernal obliga a la joven empresa a suspender sus operacionales para reanudarlas en abril 1921 con un servicio fortalecido con sus propios aviones Fokker y pilotos. Esos comienzos dan pie a una alianza estratégica con el fabricante holandés que extiende hasta 2017, cuando el último Fokker 70 deja la flota de KLM. Desde ahí, el crecimiento es continuo a excepción de los años de la Segunda Guerra Mundial: en abril de 1921 establece el primer servicio de transporte público desde la ciudad de Ámsterdam a Schiphol para facilitar la conectividad ciudad-aeropuerto, se inaugura la oficina comercial, la primera en su tipo; en 1924, se transporta la primera carga animal y a fines de ese año, el primer enlace intercontinental desde Ámsterdam hacia la actual Jakarta, Indonesia.

Al revisar los primeros 100 años, son cientos o quizás miles los hitos a recordar. Sin embargo, cuatro elementos resumen perfectamente la evolución continua que la línea aérea exhibe. El primero, es sin duda, la visión país al considerar un desarrollo integral de la aviación con la construcción de aeronaves (Fokker), el equipamiento y la infraestructura, especialmente, si se toma en cuenta que el aeropuerto de Schiphol sigue creciendo desde el mismo emplazamiento donde se alzaron los primeros vuelos.

Una segunda característica está en la innovación, aspecto característico en KLM al estar incorporando permanente las últimas tecnologías disponibles, así como también abrir espacios a la investigación que favorezcan una democratización de la industria y operaciones más eficientes. Los primeros vuelos con biocombustibles, la inversión en combustibles de aviación y nuevos diseños de aeronaves, son algunos ejemplos de las acciones encaminadas.

Siguiendo con esa línea, como tercer pilar se inserta el aporte sostenible al negocio como respuesta de mitigación a las operaciones que permiten conectar a las personas. Desde sus inicios, el concepto sostenible y sustentable forma parte del ADN de en la compañía holandesa en un sentido de responsabilidad con el medio ambiente. Como parte de Air France – KLM, es una de las tres líneas aéreas reconocidas por el Índice Dow Jones de Sostenibilidad.

Finalmente, destaca el valor de las personas. Desde los clientes, a quienes la línea aérea se debe, como a sus trabajadores y colaboradores, motor de la compañía en cada uno de sus aspectos. Sin una constante preocupación por ambos, difícilmente se podrían conseguir progresos que hoy exhibe. “Nuestra gente es la clave de nuestra marca, estamos convencidos de que podemos marcar la diferencia al ofrecer consistentemente a nuestros clientes una experiencia memorable”, expone.

Al conversar con ejecutivos e integrantes de la línea aérea más antigua del mundo, todos convergen en la creación de KLM como una marca querida y una hermosa familia que, por cierto, pretenden seguir construyendo en el futuro. Para ello, cada plan es minuciosamente estudiado, y junto con un férreo control de capacidad, proyectan a la compañía hacia futuro auspicioso pese a los desafíos existentes, propios de un mundo cada vez más interconectado.

Los 100 años de KLM salen de la órbita de la línea aérea. Prueban que un transporte aéreo bien concebido con horizontes claros y políticas de apoyo alineadas entregan oportunidades de crecimiento a los países fortaleciendo los enlaces comerciales y a las personas. Su modelo de negocios es actualmente tomado como referencia por otras compañías que con características y/o ambientes geopolíticos similares buscan transformar su operación ante los distintos escenarios imperantes. En América Latina y el Caribe, KLM llega al centenario en su mejor momento por la cantidad de ciudades atendidas, operaciones y cantidad de pasajeros conectados, además de una estandarización del producto desde la reserva hasta la recogida del equipaje en los respectivos destinos.

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